El lugar es sumamente acogedor, nos gusta mucho la decoración, la madera y lo minimalista que es todo. La atención a su vez es muy buena y se nota que el personal sabe de lo que habla. El capuchino, galletas y expresó que ordenamos estaban buenos. Mi pareja sintió que el moccachino tenía un sabor muy fuerte. (Ojo normalmente no toma café así que considero normal que le haya parecido así) . En general muy buena experiencia.