Lugar muy ameno, con decoración muy bonita y con vista al mar, ubicado sobre los infinitos muelles de Bocas que dan al mar. El servicio fue bueno. La chica que nos atendió de muy buena manera y sonriendo siempre. Tan buena fue su actitud y disposición que el hecho de que se olvidara pedir nuestra entrada no me enojó. Pedimos un smoothie de maracuyá que estaba súper fresco y delicioso. Para comer un dip de frijoles con queso y acompañado de “tortilla chips”. Sinceramente no recomiendo esta entrada. No estaba mal pero no era nada espectacular. De plato fuerte, tanto mi novia como yo, pedimos camarones al ajillo. El plato estuvo bien presentado y delicioso, incluyendo la ensalada y el arroz que lo acompañaba. Volvería a ir.

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