Horrible experiencia en Pizzería Italia
El día de hoy vivimos la peor experiencia que hemos tenido en un restaurante: nos disponíamos a celebrar el cumpleaños de mi niño comiendo pizza en pizzería Italia, que le gusta muchísimo a mi hijo ya que suele ir allí con sus abuelos. El día lunes estuve llamando mucho al restaurante y a la línea de celular para intentar reservar una mesa ya que seríamos un grupo de más de 15 personas, pero no encontramos forma humana de comunicarnos ya que estaban cerrados así que no fue hasta el martes a las 11:30 am que abrieron que logré comunicarme. Realice una primera llamada en la cual comuniqué que iríamos un grupo grande a las 4:30 pm y consulté si existía algún reservado y me indicaron en ese momento que el reservado era para grupos de más de 20 personas, por lo cual nos ubicarían en el área de la terraza sin problema y pregunté que si podría llevar una mampara de fondo, dos grupos de globos con helio y un dulce y me indicaron que debería pagar 10 dólares de descorche por el pastel y yo accedí, ya en esa primera llamada el trato fue parco y hasta algo tosco, de igual modo al colgar me quedé pensando que la joven que me atendió no me tomó ningún dato personal para realizar una reserva por lo cual llamé una segunda vez para brindar mi información, a lo cual la joven que me atendió al teléfono me indicó que no sería necesario, que solo llegara media hora antes y me arreglarían las mesas del área de la terraza. Ese mismo día a las 4:15 pm me presento en el restaurante y me dirijo al área de la terraza (que se encontraba vacía solo con dos personas que no parecían estar comiendo) y le indico al salonero que se encontraba en el área de terraza que yo era la persona que me había comunicado para la reunión de 15 personas a lo cual el salonero indica no tener conocimiento y que me dirija al interior del restaurante. Al entrar en el restaurante (que a pesar de ser bastante grande solo tenía 3 mesas ocupadas) me comunico con una de las meseras para decir que yo fui la que llamé dos veces a anunciar mi reunión y me indica que me dirija al mostrador del restaurante a lo cual sale una de las jóvenes del mostrador y le dice “usted es la señora x, que llamó” y yo indico que sí, en ese momento el salonero de terraza interviene para decir que nadie le anunció sobre esta reunión, por lo cual el área de terraza no se encuentra lista, siendo así las cosas los saloneros deciden ubicarnos en el reservado y disponer las mesas, ya que no se encuentra ocupado, de igual modo les indico que traeré una mampara y donde la ubicaré, luego procedemos a bajarla y a colocarla, van llegando un par de mis invitados y en ese momento llega el dueño del local y de forma muy grosera me pregunta que quien autorizó que se coloquen esos artículos allí y como no entendí lo que me dijo la primera vez me grita que él es el dueño del local, yo trato de explicarle muy rápidamente todo lo ocurrido y me interrumpe dejándome hablando sola y se va, luego viene un mesero a comunicarme que me cobrarán 75 dólares adicional al consumo solo por ubicarme en el área de reservado, la cual fue el área en la cual que ellos mismos me ubicaron, salgo a tratar de hablar con el dueño nuevamente y me indican los saloneros que no puedo hablar con el dueño (aún cuando está sentado allí enfrente de mi, el señor ni siquiera me voltea a ver) y me dirigen a hablar con las saloneras del mostrador y la hija del dueño, a quien tratamos de explicarle que ha sido un error de coordinación interno pero que ya tenemos invitados dentro del salón y ésta a su vez, lejos de tratar de conciliar la situación, entre muchas cosas feas que nos dijo, nos indica en varias ocasiones que debemos pagar 75 dólares por estar en el salón más nuestro consumo y que estas son las reglas del local y que si no nos gusta los podemos ir, que nos están cobrando por la decoración que nosotros mismos pusimos, que este no es un lugar para hacer eventos de niños (aún cuando en sus redes sociales promocionan que hacen cumpleaños, eventos y hasta celebraciones de divorcios, con la foto del mismo dueño y su hija). Para no dañar el cumpleaños de mi hijo, amargarnos más el momento e incomodar a nuestros invitados procedí a pagar los 75 dólares del uso del reservado sumado a nuestro consumo, más allá del costo, el trato al cliente fue tan grosero, cruel, lamentable, soberbio, sin el menor atisbo de empatía, ni humanidad, que luego decimos que no sabemos por qué motivo los negocios no perduran en Panamá, si así tratan a los clientes que les generan cientos de dólares y que tienen años consumiendo en su local. Al final, fue una experiencia súper lamentable, algo que empezó como la ilusión del cumpleaños de un niño grande y pasar un momento en familia, terminó siendo una pesadilla, como mamá quedé sumamente triste el resto del cumpleaños de mi hijo, solo con ganas de salir huyendo de allí. Ni siquiera pensaron que con la cantidad de personas que éramos íbamos a generarles un buen ingreso de casi 300 dólares, nos trataron de forma cruel solo por amor al arte, nunca pensaron en la experiencia del cliente al ir a su local, hasta nos dijeron que iban a “castigar” al salonero que nos dejó entrar al reservado.
Una maravillosa experiencia desde que entras por la puerta hasta que te retiras: las reservas son coordinadas y confirmadas de forma eficiente, el personal es muy amable y diligente, el costo del valet parking se incluye en la cuenta y de este modo es utilizado para que tu auto llegue de forma oportuna cuando sales del restaurante. La comida deliciosa, al igual que los cócteles, una experiencia integral y bien diseñada!
Pizzeria Italia (Tumba Muerto)
Horrible experiencia en Pizzería Italia El día de hoy vivimos la peor experiencia que hemos tenido en un restaurante: nos disponíamos a celebrar el cumpleaños de mi niño comiendo pizza en pizzería Italia, que le gusta muchísimo a mi hijo ya que suele ir allí con sus abuelos. El día lunes estuve llamando mucho al restaurante y a la línea de celular para intentar reservar una mesa ya que seríamos un grupo de más de 15 personas, pero no encontramos forma humana de comunicarnos ya que estaban cerrados así que no fue hasta el martes a las 11:30 am que abrieron que logré comunicarme. Realice una primera llamada en la cual comuniqué que iríamos un grupo grande a las 4:30 pm y consulté si existía algún reservado y me indicaron en ese momento que el reservado era para grupos de más de 20 personas, por lo cual nos ubicarían en el área de la terraza sin problema y pregunté que si podría llevar una mampara de fondo, dos grupos de globos con helio y un dulce y me indicaron que debería pagar 10 dólares de descorche por el pastel y yo accedí, ya en esa primera llamada el trato fue parco y hasta algo tosco, de igual modo al colgar me quedé pensando que la joven que me atendió no me tomó ningún dato personal para realizar una reserva por lo cual llamé una segunda vez para brindar mi información, a lo cual la joven que me atendió al teléfono me indicó que no sería necesario, que solo llegara media hora antes y me arreglarían las mesas del área de la terraza. Ese mismo día a las 4:15 pm me presento en el restaurante y me dirijo al área de la terraza (que se encontraba vacía solo con dos personas que no parecían estar comiendo) y le indico al salonero que se encontraba en el área de terraza que yo era la persona que me había comunicado para la reunión de 15 personas a lo cual el salonero indica no tener conocimiento y que me dirija al interior del restaurante. Al entrar en el restaurante (que a pesar de ser bastante grande solo tenía 3 mesas ocupadas) me comunico con una de las meseras para decir que yo fui la que llamé dos veces a anunciar mi reunión y me indica que me dirija al mostrador del restaurante a lo cual sale una de las jóvenes del mostrador y le dice “usted es la señora x, que llamó” y yo indico que sí, en ese momento el salonero de terraza interviene para decir que nadie le anunció sobre esta reunión, por lo cual el área de terraza no se encuentra lista, siendo así las cosas los saloneros deciden ubicarnos en el reservado y disponer las mesas, ya que no se encuentra ocupado, de igual modo les indico que traeré una mampara y donde la ubicaré, luego procedemos a bajarla y a colocarla, van llegando un par de mis invitados y en ese momento llega el dueño del local y de forma muy grosera me pregunta que quien autorizó que se coloquen esos artículos allí y como no entendí lo que me dijo la primera vez me grita que él es el dueño del local, yo trato de explicarle muy rápidamente todo lo ocurrido y me interrumpe dejándome hablando sola y se va, luego viene un mesero a comunicarme que me cobrarán 75 dólares adicional al consumo solo por ubicarme en el área de reservado, la cual fue el área en la cual que ellos mismos me ubicaron, salgo a tratar de hablar con el dueño nuevamente y me indican los saloneros que no puedo hablar con el dueño (aún cuando está sentado allí enfrente de mi, el señor ni siquiera me voltea a ver) y me dirigen a hablar con las saloneras del mostrador y la hija del dueño, a quien tratamos de explicarle que ha sido un error de coordinación interno pero que ya tenemos invitados dentro del salón y ésta a su vez, lejos de tratar de conciliar la situación, entre muchas cosas feas que nos dijo, nos indica en varias ocasiones que debemos pagar 75 dólares por estar en el salón más nuestro consumo y que estas son las reglas del local y que si no nos gusta los podemos ir, que nos están cobrando por la decoración que nosotros mismos pusimos, que este no es un lugar para hacer eventos de niños (aún cuando en sus redes sociales promocionan que hacen cumpleaños, eventos y hasta celebraciones de divorcios, con la foto del mismo dueño y su hija). Para no dañar el cumpleaños de mi hijo, amargarnos más el momento e incomodar a nuestros invitados procedí a pagar los 75 dólares del uso del reservado sumado a nuestro consumo, más allá del costo, el trato al cliente fue tan grosero, cruel, lamentable, soberbio, sin el menor atisbo de empatía, ni humanidad, que luego decimos que no sabemos por qué motivo los negocios no perduran en Panamá, si así tratan a los clientes que les generan cientos de dólares y que tienen años consumiendo en su local. Al final, fue una experiencia súper lamentable, algo que empezó como la ilusión del cumpleaños de un niño grande y pasar un momento en familia, terminó siendo una pesadilla, como mamá quedé sumamente triste el resto del cumpleaños de mi hijo, solo con ganas de salir huyendo de allí. Ni siquiera pensaron que con la cantidad de personas que éramos íbamos a generarles un buen ingreso de casi 300 dólares, nos trataron de forma cruel solo por amor al arte, nunca pensaron en la experiencia del cliente al ir a su local, hasta nos dijeron que iban a “castigar” al salonero que nos dejó entrar al reservado.
Isaki
Una maravillosa experiencia desde que entras por la puerta hasta que te retiras: las reservas son coordinadas y confirmadas de forma eficiente, el personal es muy amable y diligente, el costo del valet parking se incluye en la cuenta y de este modo es utilizado para que tu auto llegue de forma oportuna cuando sales del restaurante. La comida deliciosa, al igual que los cócteles, una experiencia integral y bien diseñada!