Comida. Riquísima. La mejor pizza que he probado en mis 58 años. Las pastas buenas aunque probé la Amatriciana y la sentí muy ácida. Daab la impresión de estar a punto de pasarse. La entraña exquisita. El postre mil hojas lindo y rico. Atención. Dedicada y pendiente aunque pensé obsequiarían el postre a la cumpleañera luego de tener una cuenta de 3 cifras. Ambiente. No soy fanática de ambiente industrial pero se ve gracioso. Un temblor inesperado nos sorprendió y parece que a los meseros también. Podemos regresar pero prefiero seguir en busca del restaurante perfecto. 😉

Sabor. Bueno y sin remordimientos porque hasta las papas francesas son horneadas y no fritas. ¿El ganador indiscutible cada ve que vamos? El ladopsomo. Pensé seria poco pero pedí la media orden. Más que suficiente para quedar satisfecho (hasta pedí un platito para llevar). Las pizzas no son tan espectaculares. El jugo de naranja riquísimo. Bien puro y delicioso. Se notan que son naranjas de Penonomé 😉. Por la pizza no puedo darle las 5 🌟 Servicio. Muy atentos y preocupados por satisfacer nuestras solicitudes. La comida servida en pocos minutos. Ambiente. Lindo ambiente sobrio. Limpio y claro. Por lo saludable simple seguirá siendo una alternativa saludable. Definitivamente, si regresaré.

Hace tiempo fuimos a conocer el restaurante del Centenario. Es cómodo tenerlos tan cerca; sin embargo, nos quedamos sin la hamburguesa del Burger week. Probamos otros platos que estaban bien. A mi personalmente no me gusta la carne tan ahumada. Los acompañamientos ok. No me gusta tanto ahumado por eso no regresaría .

Una experiencia totalmente diferente. Hacer uno mismo su barbacoa está lindo. Los sabores hmmm. No es lo mío pero se podía comer. Extrañé los carbohidratos. Ya probada la experiencia creo que optaría por otra vivencia diferente.

Los sabores deliciosos. La atención buena. El ambiente acogedor. Buena opción la barrita de ensaladas. Recomendamos para una reunión familiar.

Vamos hacia el interior acelerados por cruzar el puente Centenario antes del tranque y y en Arraijan nos percatamos que nos agarró las 3pm sin almorzar. Se nos ocurre parar en Sugoi de Costa Verde y que grata sorpresa. Tan bueno como los de la ciudad y más tranquilo. Saciamos nuestra hambre y seguimos contentos hacia nuestro destino. Buena opción a medio camino.

Comida. Los paladares se alegran con tan buena cocina. Pedimos un antipasto misi de entrada que era como una tablita de quesos y carnes perfectos para degustar mientras esperábamos el plato fuerte. Luego llegaron la ensalada Ceasar con prosciutto, misi con solomillo, pulpo con papas y queso y el risoto de solomillo. Todo riquísimo me comentan mis amigas. Yo personalmente sentí mi solomillo un poco duro creo que porque no estaba muy caliente. Ambiente. Lindo lugar. Atentos desde el Valet parking hasta la concierge que esmero por conseguirnos una mejor mesa. Servicio. Este aspecto si fue pobre. Nos decían que tenían más clientes de lo esperado por un maridaje pero creo que debieron preveer esto. El postre que nos dijeron demoraba 20 minutos, demoró 40. Sugiero planifiquen bien su staff de acuerdo a las actividades programadas. Por el servicio pobre no sé si regresaré.

Este café me pareció tan lindo. Sus muebles y el ambiente parece como traído de los años en qué las salidas eran con trajes a la rodillla y sombrero. Que gracioso el ambiente. La comida sustancial y bastante buena. La atención especial. Ameth fue muy atento. Conversa amenamente y ofrece opciones. Solo por su buen servicio regresaría. Probamos el club sandwich y las alitas con salsa de whisky. Todo rico. No pierdan la oportunidad de conocerlo. También nos dice Ameth que tienen lunch al medio día en semanas que es muy popular. Vale la pena la oferta especialmente con el servicio de amplio estacionamiento gratuito en estos tiempos de lluvia. Definitivamente en mi lista para regresar.

De veras que por el aspecto externo de este lugarcito que se ve tan pequeñito aunque lindo jamás te imaginarías lo rico de su comida y bebidas. Está vez probamos desayuno: Waffle con huevos revueltos y jamón de pavo. Mucho más rico que lo esperado. Mi amiga pidió un derretido en pan de masa madre y me comentó que excedía sus espectativas. Su matcha y mi té negro también especiales. Sus platos demuestran un especial interés no solo por divertir nuestras papilas sino nuestra vista también. Es cierto, el espacio reducido le resta una estrella porque aunque acogedor, el tomar una mesita pegada a la pared y yo ser zurda se me hacía un poco incómodo el comer. Su aire europeo lleno de plantitas colgantes brinda ese ambiente apacible que uno busca al degustar. Súper buen servicio. El joven encargado siempre atento por explicarnos y responder a nuestras peticiones. No hay duda, volveré.

Es un ambiente de café europea pero muy apretado. Comida. Muy rico. Otra opción diferente a lo que estamos acostumbrado. Comida muy saludable pero rica. Servicio. Muy poco personal para hora pico. Ambiente. Muy pequeño que no puede manejar la demanda. Sugiero se expandan al local de al lado para que los clientes estén más cómodos. Por su sabor, regreso. Por su ambiente, no.