No se que paso...pero nos fue mal. El pescado, a pesar de apreciarse fresco, tenia un sabucho muy raro. Cuando pedimos cambio y le explicamos...nos olvidaron...así de sencillo. Que pena, fui con muchas expectativas. Eso resume un poco lo del servicio. El valet, tardo una eternidad...ya que ellos mismos trancan la calle...y se volvieron un ocho.

A ver, es una cafetería que vende comida y tapas. Un chorizo que no es mas grande que mi dedo meñique me cobran 8 dolares...algo pasa ahí, o algo pasa en Panamá. La atención de mala gana...y cuando pagas, poco les falto que me trajeran un rollito de martinelis. De verdad a los panameños nos agarran de congos...y celebramos. En fin, tendré que darle un chance nuevamente.

El Carpaccio de Salmón excelente, la Entraña a las brasas muy exquisita. Café, uno de los mejores. El servicio como pocos, la atención del propietario, pendiente de todo hace la diferencia. Ojala no caiga como la mayoría después que empiezan.