No puedo recomendar un restaurante que se encarga de hacer sentir estafado a el cliente, es la segunda vez que como aquí y una vez mas me cobran el servicio sin mi consentimiento. No se trata del dinero, el problema es que como cliente tu debes sentirte con ánimos de pagarlo. Pero si tienen un empleado que se encarga de cobrarle a uno el servicio pues no! No vuelvo a comer aquí! Lo siento!

Mi única queja es que al final cuando me entregaron la cuenta me habían cobrado 1.80$ del servicio como propina y yo la verdad siempre que estoy se ánimos o siento que es bien merecida la propina la pago. Pero que el mesero cobre propina por su decisión me parece inaceptable, es una falta de respeto al cliente ya que el mismo no está obligado a pagarla y que la misma sea cobrada sin el consentimiento de saberlo esta muy mal. Te deja insatisfacción y sin ganas de volver! Siempre cuenten su dinero al recibir la cuenta!

Las franquicias americanas pierden su valor en Latinoamérica cuando el servicio es bajo, debido a que el personal carece de el respectivo entrenamiento o motivación, entonces todo es un poco mas lento, la comida es similar a la que te servirán en estados unidos, si vienes a comer pancakes perfecto! El servicio es lento así que debes ser paciente, depende si vas solo o acompañado, el lugar es bastante cómodo aunque quizá molesta que algunas sillas coinciden con la vista de la mesa de otras personas. La atención es abierta por suerte, si quieres algo, te lo dan.