La idea del restaurante es compartir los platos. Pedimos los Dátiles Rellenos para empezar, luego la Pizzeta de Salmón y terminamos con un Trío de Okinawa, este recomendación de la chica que nos atendió. El Okinawa, el mejor de los platos, sin restarle calidad y sabor a los otros dos. La presentación, la porción y el sabor excelente. La atención, como muy pocas en la Ciudad de Panamá, desde que entras, la joven muy agradable. Nunca nos falto bebida en la mesa, el tiempo entre plato el adecuado para poderlos disfrutar. La ambientación del lugar es atractiva, la música a buen volumen al igual que la temperatura es adecuada para pasar un rato agradable. Seguro volveré...