Este lugar tiene todo lo que me gusta: bonito, con un ambiente sencillo pero muy acogedor. Perfecto para sentarse un rato a desconectar o ponerse al día con alguien. La atención fue súper buena, los chicos son súper amables y tienen esa onda chill que te hace sentir bienvenido desde que entras. El menú no es enorme, pero está muy bien pensado: tiene variedad sin volverse loco. Tienen varias opciones ricas tanto de comida como de bebidas, y algo que me encantó es que hay buena variedad entre café y matcha, con varias bebidas de especialidad para los que nos gusta probar cositas distintas. Yo me fui por un cold brew (que estaba muy bien logrado, por cierto) y un sándwich de queso que fue simple pero con flow, de esos que reconfortan. Y un súper plus: es pet friendly adentro 🐾 Así que para mí eso ya es motivo suficiente para volver. Sin duda me paso de nuevo por otro cafecito pronto.

Este lugar tiene un ambiente demasiado cool. Es moderno, acogedor y con una vibra súper rica para pasar un rato. He ido ya como tres veces, pero solo esta última me senté a desayunar con calma. Las veces anteriores fue para llevar café (que por cierto, está on point). Esta vez pedí las tostadas de salmón con aguacate y le sumé unos huevos pochados porque… bueno, antojo total. Estaban buenísimas, porción generosa y todo con buena pinta. El menú tiene bastantes opciones, así que hay de dónde escoger. La atención es bastante buena, los chicos son súper atentos y tienen buena actitud, pero sí es importante que sepas que el lugar casi siempre está full. Si vas, probablemente te toque un poquito de espera o no esperes un servicio mega personalizado, porque el equipo anda a mil. También puede ser algo ruidoso si buscas algo muy tranquilo, pero si eso no te molesta, vale la pena. Sobre el café: he probado su cold brew un par de veces y es una delicia. Y esta última vez pedí la bebida especial que tienen en colaboración con el lip balm BEMBA (sí, eso existe jaja) y me encantó. Y algo que para mí es clave: es pet friendly adentro. Siempre voy con mi perro y lo tratan increíble. Eso, para mí, suma puntos infinitos. Definitivamente volvería. Tiene ese algo que te hace querer regresar.

Descubrimos esta cafetería hace algunos años y desde entonces se ha convertido en nuestro sitio fijo cuando queremos consentirnos con un buen postre. Aunque hemos ido muchas veces, casi siempre termino escogiendo la torta chocolatosa: un manjar intenso y delicioso con varios tipos de chocolate, ideal para los verdaderos amantes del cacao. La porción es enorme y la relación calidad-cantidad-precio es excelente. También he probado otras opciones como la tarta vasca y los cheesecakes, y todos han estado a la altura. Es de esos lugares donde no importa qué elijas, siempre vas a disfrutar tu momento dulce. Un lugar que nunca falla.

Una joya vietnamita que vale la pena descubrir Fuimos por primera vez a este restaurante vietnamita sin muchas expectativas y terminó siendo una grata sorpresa. El lugar tiene una decoración pintoresca y acogedora que te hace sentir bienvenido desde el primer momento. La atención fue muy amable, con un servicio cercano y atento durante toda la visita. La comida, simplemente deliciosa. Pedimos una variedad de platos para compartir: rollitos frescos de vegetales con camarones, rollitos de carne con piña, sopa de carne con fideos, ensalada de mango con piña y carne salteada con piña. Todos los platos estaban llenos de sabor, con un balance perfecto entre ingredientes frescos y auténticos sabores vietnamitas. Las porciones son generosas y la relación calidad-cantidad-precio es excelente. Sin duda, un sitio al que volveremos. Recomendado para quienes quieran probar algo diferente, sabroso y bien preparado.

Fuimos un sábado al mediodía y nos encantó. Éramos dos personas y comenzamos con las bolitas de lenteja con salsa de yogur, una entrada sencilla pero deliciosa. Luego pedimos dos platos fuertes: un Butter Chicken y un pollo en salsa curry con coco. Además, acompañamos con lentejas y pan con ajo. Todo estuvo espectacular. Los sabores, las especias, la textura de la comida, las porciones… ¡increíble! Las salsas de los pollos estaban tan buenas que terminamos limpiando el plato con el pan. Puro sabor. El servicio fue muy bueno y el lugar, aunque sencillo, es acogedor y cómodo. El menú es extenso, con muchísimas opciones de comida típica india. Esta vez quedamos llenísimos, pero con ganas de volver pronto para seguir probando más platos. Un sitio al que sin duda volveremos.

Fuimos un domingo a almorzar y nos llevamos una grata sorpresa. Pedimos de entrada el queso flameado en ron con jalea de sandía y las albóndigas de cordero con hummus —ambas deliciosas— y de plato fuerte, un giro mixto cada uno. Todo estaba realmente sabroso, con sabores bien definidos y una propuesta distinta, pero muy cuidada. El menú es breve, pero se nota que está pensado con intención, como de especialidad. El local es acogedor y con una decoración hermosa, hecha con mucho cariño. Y el servicio fue excelente: la chica que nos atendió (estaba sola en ese momento) fue súper atenta, amable y eficiente. Primera vez que vamos, pero definitivamente no será la última. Es de esos sitios que da gusto descubrir: comida diferente, rica y con mucha identidad.

Decidí visitar este restaurante porque me llamó la atención que fuera pet-friendly. Al llegar, descubrí que esto aplicaba solo para la terraza, pero la atención fue tan amable que me quedé. ¡Y qué bueno que lo hice! La terraza es muy cómoda, cuenta con ventiladores que mantienen el ambiente fresco y no recibe sol directo, lo que la hace ideal para disfrutar con mi perrito. La primera vez probé una hamburguesa recomendada por el staff, ¡y fue absolutamente deliciosa! Tanto, que regresé poco después porque no podía sacármela de la cabeza. El servicio fue excelente en ambas visitas; el personal es muy atento y servicial. Aunque todavía no he disfrutado del interior del restaurante, puedo decir que es muy bonito y el menú es variado y tentador. Sin duda volveré, tanto para probar más opciones como para disfrutar el ambiente interior. Altamente recomendado para quienes buscan buena comida, excelente servicio y un lugar cómodo para ir con su mascota.

El restaurante mantiene una esencia antigua, pero muy cuidado, decoración acogedora y cómodo. La atención fue muy buena, amables y cercanos. La comida fue un éxito, iniciamos con unas bruschettas que estaban muy ricas, frescas, el pan delicioso. Continuamos con un Salmón en salsa de frutos del mar con pasta al óleo y una pasta carbonara. Muy buenas porciones, sabores muy ricos, hecho todo al momento, no necesitamos colocarle ni queso parmesano, ni pimienta, sala, nada. Todo estaba en su punto. Un rincón que valió la pena conocer y seguro volveremos.

He visitado muchas veces este sitio, en su antigua locación. No había conocido la nueva, aunque también había ido a Arró Bistró un par de veces, no conocía la unión de ambos. Que decepción tan grande el mal servicio que recibimos, al punto que solo pedimos la entrada ( una croquetas de bacalao, como siempre deliciosas ) y 2 cervezas. Preferimos pedir la cuenta e irnos a terminar de almorzar a otro restaurante. El local estaba vacío, no entendimos la razón de tratarnos de esa forma. Ni se preocuparon en preguntar si pasaba algo, por no quedarnos. Simplemente mal servicio, sin interés. Para apuntar a ser un restaurante de alto nivel, el servicio debería ser impecable, es lo que uno espera.

He visitado recientemente, al menos 3 veces, ambos locales. Tanto para desayuno, como para almuerzo. Me gusta mucho, un menú sencillo pero variado. Un concepto muy original y delicioso. Porciones buenas, bien servido y con gran atención. Me encanta pedir varios platos para picar, por ejemplo la tocata de Mango Curry, la tostada de Remolacha, el Aguacate al grill con quesos y el tartar. Una mezcla de sabores y texturas increíble y mucho Aguacate, genial.