Lo primero que nos atrapó fue la atención, nos recibieron con tanta calidez, durante toda la estancia estuvieron muy presente, recibimos muy buenas recomendaciones, y platica muy amena, los tragos son fabulosos, tienen toques muy peculiares y exquisitos, te deja con ganas de probar más, (desde sal de saríl o sal de gusano y ají chombo) créeme lo vas a seguir deseando, y la comida se siente tan tierna y cálid. Recomendado 100%, ansiosa por volver.

El lugar tiene una decoración bastante rústica, hermosa, áreas super limpias, la atención podría ser mucho mas cálida, pero fue bastante buena, pedimos pasta, una Carbonara con un vino banco espectacular y un Fetuccini en estofado de shorts ribs, pasta muy fresca del día, cremosa con mucho sabor, salsa de la casa, fresca y con mucho aroma. Ideal para cenas especiales.

La atención es divina, el Somelier muy amigable y puedes pedirle recomendaciones de como combinar o cómo encontrar el vino perfecto para ti, puedes hacer una buena cata. La comida muy gourmet, fresca, y siempre con una buen aroma. Recomiendo full probar Garage cariñena y Balsa de piedra Blanc, no te vas a arrepentir.