Pedimos un burrito para compartir y explícitamente pedimos que lo partieran a la mitad. Cuando llega la comida, todos los burritos estaban partidos a la mitad menos el nuestro. Le hago la observación al mesero y le paso el plato para que parta el burrito y el chico, exasperado, me rechaza el plato. Le digo lo sucedido a la mesera y ella me dice “tenías que dejar que el chico se lo llevara”. Wao. Yo “tenía” que dejar que el mesero se lo llevara, cuando él no quiso hacerlo. La culpa era mi jajajajaj. Traté de darle el burrito a la mesera y tampoco se lo quiso llevar. Una cosa tan sencilla como partirlo y al final nadie pudo hacerlo, nos tocó partirlo a nosotros y obviamente se hizo un reguero. La comida increíblemente mediocre para lo cara y escasa que es. El mesero con la peor actitud que he visto en mi vida. Prefiero comer vidrio a regresar.

Fuimos a desayunar, aunque la comida estaba buena sí se equivocaron muchísimo con las órdenes y terminamos comiendo todos a tiempos diferentes porque en lo que llegaba un plato se llevaban otro para corregirlo. Estuvo bien, pero deben prestar más atención a los pedidos para evitar tanto error. El ambiente es lindisimo, no lo conocía y me sorprendió… regresaría para comer en el patiecito.

Siempre pido a domicilio y las hamburguesas, aunque suelen estar buenas la mayoría del tiempo, a veces vienen medio fallucas. Para cambiar decidimos comer en el local, la comida estuvo buena y el servicio fue eficiente…. no obstante, creo que el ambiente puede mejorar: al ser abierto hacía demasiado calor y estaba atestado de moscas que hacían prácticamente imposible comer en paz. Lo otro es la música, que si fuera música neutral no me molestaría que la sonaran tan alto, pero es reggeaton sumamente molesto y rayando en lo vulgar, como mínimo pueden bajarle un poco al volumen. En resumen, la comida es rica pero el ambiente resta mucho.

La comida es deliciosa y abundante, lo mejor de todo es que es súper accesible y los precios son muy buenos en relación a la calidad y cantidad. El servicio es bueno y rápido, el ambiente sencillo pero limpio y bien iluminado.

Demasiado delicioso, vamos prácticamente todas las semanas y nunca decepcionan. Los jiozi fritos son lo mejor y el servicio es rápido y efectivo. El ambiente definitivamente no es el fuerte de este restaurante pero eso es lo de menos: la comida, los precios y la atención compensan por el ambiente.

En la puerta tienen un premio a la excelencia y yo creo que lo tienen muy merecido. La atención fue espectacular, la muchacha que nos atendió fue muy amable y atenta. La comida estuvo deliciosa y las porciones son inmensas, súper buen valor por el precio. El ambiente es romanticon, fuimos a celebrar aniversario y la verdad es que quedó perfecto. Me sorprendió y definitivamente regresaría.

Un clásico, me transporta a mi infancia. La comida sigue sabiendo igualito (o sea increíble) y el servicio bueno como siempre, casi que no falla.

Rica comida, los precios son altos y no creo que iría de no ser por el descuento. Con el descuento es buena opción, aunque el menú es bastante reducido. El ambiente es un poco oscuro para mi gusto. La atención es buena!

Uno de los mejores descubrimientos del año, la comida es realmente deliciosa y los precios son accesibles. El chico nos explicó en qué consistía cada plato, y lo hizo con tanta seguridad que se nota que de verdad siente orgullo por la comida que sirven. Los pelmenis son deliciosos pero mi plato favorito fue el blini del salmón, simplemente no tengo palabras para describir lo delicioso que estaba. El ambiente es sencillo pero acogedor. Full recomendado.

Está bien, las hamburguesas son ricas pero rozando en lo caro. Lo bueno es que es un montón de comida. Lo único que no me gusta, son los nombres de las hamburguesas, me da mucho cringe.