Fui en familia para probar la comida y ver qué tal el ambiente. En cuanto al servicio, este fue muy bueno: los meseros, atentos en todo rato, nos explicaban cómo estaba hecha la comida y sus ingredientes cuando nos la traían. Ahora bien, el sabor de la comida en todo momento fue excepcional, desde la entrada y el plato fuerte. Lo único que sentí fue que los precios de las entradas estaban un poco arriba, pero sin duda el sabor valía la pena. Como entrada me pedí una tabla de quesos para dos personas y unos dátiles rellenos, ambas gustosas al paladar. De plato fuerte, se pidió una pizza Bella de trufas y un spaghetti que lo rellenan de queso en la rueda, para mí la pizza bella de trufas se lleva el premio de la noche, ¡Que sabor de locos! , sin duda volvería por esa pizza.

un lugar perfecto para desconectarse de los teléfonos y tener conversaciones sin ser interrumpido por llamadas o mensajes de textos. La estética definitivamente te hace viajar en el tiempo, el servicio excelente con un personal que sabía exactamente cada detalle de los platillos. Sin duda volvería.

Un restaurante con muy buen ambiente, la verdad el servicio fue excelente, la comida duró un poco más de lo esperado pero muy bien preparada y sabrosa. La limpieza del local era impecable. Los precios están un poco elevados pero definitivamente regresaría.

Fui a una cena familiar, con mi mamá y un amigo. La comida mexicana que pidieron mis acompañantes estaba muy buena, incluso la entrada de tacos riquísima, sin embargo yo me pedí una hamburguesa catrina como plato fuerte y estaba normal , el pan estaba frío y no tenía muchos sabor. El ambiente estaba muy acogedor con buena música y decoraciones, solo que el piso estaba resbaladizo, y los baños necesitan un poco más de limpieza. La atención estaba buena, todos muy serviciales.

El restaurante presenta una temática asiática que, aunque lograda en general, podría haberse enriquecido un poco más en su decoración para potenciar la experiencia visual. La calidad de la comida, sin embargo, fue sobresaliente. Como entrada, las croquetas de cangrejo destacaron por su sabor excepcional, mientras que el ramen de wagyu, elegido como plato fuerte, estuvo a la altura de las expectativas, con una ejecución impecable. En cuanto al ambiente, predominó la tranquilidad, lo cual es un punto positivo para disfrutar de la velada. No obstante, las sillas resultaron algo incómodas para la espalda, lo que podría considerarse un aspecto a mejorar para asegurar una experiencia completamente cómoda. En conjunto, una experiencia gastronómica muy recomendable por la calidad de sus platillos.

El restaurante es elegante y tranquilo, excelente para pasar una tarde en familia o con amigos. La comida estaba buena y la atención fue lo mejor, siempre atentos todos.

Todo estuvo increíble y la comida estaba deliciosa, una muy buena experiencia para venir en familia. El joven Edgar fue muy servicial y atento. Sin duda regresaría.

Ambiente acogedor (todo bien decorado y limpio) , comida deliciosa ( la comida estaba bien hecha , un poquito por encima del precio diría), y atención completa.