Se ha convertido en uno de mis restaurantes favoritos. El dim sum es exquisito y de almuerzo y cena hay una variedad de platos para compartir que son geniales, las carnes están tiernas y bien sasonadas, los arroces fritos y los fideos clásicos son excelentes. Recomiendo los wantones fritos rellenos de camarones, el filete prime de res a la plancha y el yangzhou fried rice. El servicio es bueno y el ambiente también, similares a otros restaurantes de comida china.

El local en si es muy agradable y queda en una plaza donde hay bastantes estacionamientos. El servicio es genial, están muy pendientes y son amables y tengo que admitir que la relación comida - precio está muy muy buena. Sin embargo, no quede tan coforme con algunas comidas. Pedimos de entrada las almejas al ajillo que aparentaban tener una buena porción, pero la mitad de las conchas estaban vacias. También pedimos la picada de chorizos que si recomiendo y que estaba buenisima y de buen tamaño para el precio. De plato fuerte pedimos un ribeye nacional y pese a que estaba bueno, no estaba muy tierno y era dificil masticarlo a pesar de ser termino tres cuartos, además me decepcionó un poco que las yucas de acompañamiento fueran las prefabricadas. En general una buena experiencia que tengo que aceptar que fue buena considerando lo que gastamos en relación con lo que comimos.

Me encanta este lugar. Como un clásico de Clayton es un área tranquila, aparte son pet friendly y el menú son delicias nacionales frescas y con buenos ingredientes. El café es bueno, pero también vale la pena probar los jugos y el matcha. La atención es genial y se ha convertido para mi en un brunch clásico de los domingos.

Tiene toda la vibra de un bar clandestino. Quizás demasiado que a primera vista te cuesta encontrar la entrada pero cuando al fin entras literalmente te sientes en un speakeasy trendy y pecaminoso. Es un lugar pequeño que recomiendo más que todo para reuniones intimas con un enfoque mayor en la coctelería donde tienen los clásicos pero también una variedad de cocteles que me resultaron super innovadores. El menú de comidas es reducido, pero es de muy buena calidad, tienen pocas alternativas pero las hacen muy bien y me parece proporcional el precio.

La terraza del restaurante se siente como la costa italiana y el restaurante adentro se siente bastante upscale y refinado. Me encantó el ambiente y el servicio me pareció excelente, todo el personal muy atento. En lo personal la comida no me pareció que fuera nada memorable, y pienso que podria tener mejor precio considerando el resultado de los platillos. Fue mi primera visita y me impresionó el servicio pero no la comida, y tuve oportunidad de probar cuatro platillos.

tiene ese ambiente ideal tanto para conversar con amigos como para sentarte a trabajar por horas con tu laptop. Su menú está lleno de propuestas originales. Me encantó descubrir su carta de Signature Drinks, pensada para quienes buscan algo diferente: probé el Banana Matcha y fue toda una sorpresa lo bien que se combinan esos sabores. Obvio también pedí un latte, ese clásico que nunca falta en un buen brunch. En la parte salada, pedí las Bulgogi Kimchi Fries. Una explosión de sabor: el picante en el punto justo, con una ración generosa de bulgogi (esa carne de res marinada al estilo coreano) que lo hacía irresistible. Pero la estrella de la visita fue el Chicken and Waffles con blueberries. El pollo, crujiente y jugoso; el waffle, suave y mantequilloso; y los arándanos, aportando ese contraste fresco y ácido que redondeaba el plato a la perfección. Una combinación clásica, equilibrada y memorable que demuestra por qué este dúo se ha ganado un lugar en los favoritos del mundo foodie.

Aunque los platillos italianos clásicos como antipastos clásicos, pizzas y pastas, abundan en el menú de Stizzoli, está vez decidimos irnos por otras combinaciones. Por supuesto comenzamos con unas sangrías que debo reconocer estaban mezcladas con un muy buen vino tinto. De entrada pedimos el “Crostini Prosciutto e Brie”, deliciosa combinación para comenzar el Lunch. De platos principales pedimos el “Risotto Frutti Di Mare” que estaba cremoso y con una cantidad generosa de mariscos. También pedimos el “Filetto Di Manzo Al Chianti”, un filete de res jugoso bañado con una salsa de vino tinto y hongos y lo acompañamos con puré de papas. En general, una experiencia agradable en la sucursal de la 12 de octubre, el personal super atento y tiene el potencial para entrar en la rotación de restaurantes a los que siempre me gusta re visitar.