Desde que conocí esta pizzería en 2015 ha sido mi favorita. Siempre es bueno comer o pedir. El servicio a domicilio es muy bueno.

La decoración del lugar es agradable, es lo único que puedo rescatar de este sitio. No puedo entender los locales comerciales que te reciben diciendo lo que no tienen, lo que se acabó o lo que cerró, con una proyección de molestia e incomodidad que es inevitable percibir cómo cliente. La atención es nefasta, la comida nada sobresaliente, si pides una cerveza mejor usa antibacterial después de tocar la botella ya que parece que las enfrían en el mismo lugar donde guardan la comida, muy desagradable. Hoy fue la segunda oportunidad y la última.

Buen ambiente, hay desayunos, empanadas y emparedados, menú del día y otras preparaciones como ensaladas y platos fuertes. Precios diversos, buena calidad en la comida y personalmente buen trato por parte de Noah y la chica detrás del mostrador. Volveré.