Súper acogedor, hay explosión de sabores en sus platos y bebidas. Fui domingo a la 1:00 p.m. y estaba bien lleno, pero aún así nos atendieron súper amables. Me hubiera gustado que el tiempo de espera por los platos fuera mejor, pero cada bocado valió la pena.

El pan aquí, que es su especialidad, es de otro mundo. La calidad se siente en cada ingrediente. Denle la oportunidad a sus sopas, de zanahoria con jengibre y coco y la de tomates rostizados. Son una exquisitez.

Este restaurante no me ha fallado, ni una sola vez desde que lo descubrí hace varios años. Siempre fiel a la calidad de sus platos y buen servicio de su staff. 100% lo recomiendo.

El lugar es pequeño, pero acogedor. Puntos buenos: buen café y pan de masa madre. Punto negativo: todas las opciones de desayuno son con huevo, como si no existiera más opciones para desayunar.

Muchas cosas del menú son picantes, pero es común que en la comida coreana. El ambiente del restaurante no es nada Wao, pero los platos cumplen con lo que prometen y son porciones responsables, ideales para compartir.

Deliciosos raviolis rellenos hechos al instante de ser servidos. El pan de ajo, riquísimo y la atención del personal, estuvo muy bien.

Excelente propuesta con sabores tan lejanos, al al alcance de todos. Tienen que probar el Syrniki con bayas caramelizadas. Está exquisito.

El ambiente es mexicano moderno. La comida estuvo deliciosa y los precios son razonables, sin embargo los platos llegaron por separado, las limonadas no sabían a limón, y aunque nos las cambiaron, las segundas estuvieron peor que las primeras. El personal parecía un poco "desordenado" en la atención.

Pequeño y acogedor. El mesero se equivocó en uno de los platos principales, pero aún así lo aceptamos y no nos arrepentimos. TODO estuvo delicioso.