Hasta hoy uno de los bares más hospitalarios de Panamá. Desafortunadamente, también hoy el personal se prestó más atención entre ellos que con los pocos clientes. Indiferente, sin interés, poniendo las bebidas equivocadas frente a una mesa de 3 personas (¡¡qué difícil es preguntar quién pidió qué!!) e ignorando por completo al cliente. Tuvimos que conseguir los choochiks nosotros mismos en la barra y las servilletas en otra mesa. Después de dos comentarios, la gente seguía sin entenderlo... ni se hacía ilusión porque el encargado de la velada estuvo charlando con 2 invitados en una mesa durante más de una hora, de espaldas a la barra y a la terraza. Muy lamentable porque una velada agradable se convirtió en una decepción por el mal servicio. ¡Solo pida una propina al pagar, ya que sabían cómo experimentamos el servicio!