Nos gustó mucho el ambiente y hubo un señor que nos atendió siempre que lo necesitabamos y fue muy amable con la atención. La muchacha que nos recibió en la puerta también fue muy amable y nos llevó al techo. Había una muchacha que también estaba en la entrada, pero no fue la que nos recibió y nos miró feo. Nos dañó un poco la experiencia pero por lo demás bien y los tragos bien. Las pizzas no fueron nada del otro mundo.