Es un restaurante muy bien ambientado, hay plantas, pinturas de Frida Kahlo y el mobiliario que ofrecen una vibra muy refrescante y fuera de lo común. Pedimos unos nachos mixtos de entrada, muy sabroso y buena porción para comer entre 2 personas. Los cócteles que pedimos estuvieron muy bien preparados y presentados con humo en la mesa. Para plato fuerte escogimos su costilla que es muy recomendada. La porción está bien para compartir y su preparación con especia china le da un toque sorprendente muy bueno. Sin embargo estaba un poco seca.