Cuando llegue estaba vacío mi instinto arácnido me decía que no entrara pero igual le di mi voto de confianza, pedí unos nachos que no sacaron suspiros de mi paladar, un queso fundido con hongos que estaba bien, yo soy amante del aguacate una fruta muy gustada así que pedí aguacate relleno de camarones, no tengo idea como lograron que yo perdiera el gusto por esta fruta no encontré como mejorar el producto con las tres salsas que te ponen en la mesa y mi mayor problema fue tratar de quitarme el sabor con el agua por que no te ponen en la mesa conclusión debí seguir mis instintos.

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