Desde que llegas al restaurante sientes que estas entrando a una acogedora sala de una buena amiga que te invito a comer lo mas delicioso de la comida italiana auténtica. Atendido por su propia dueña, Elisabetta; quien te recomendara desde un buen vino italiano para acompañar el plato de tu preferencia hasta tener una conversa amena. La atención, el ambiente, la música, para mi; todo perfecto. La entrada fue unas Bruquetas mixtas con tomates y hongos. de plato fuerte un delicioso filete de res a las tres pimientas en el punto perfecto y de postre un riquísimo Tiramisu. Las bebidas fueron un margarita en las rocas de aperitivo y un malbec para acompañar la comida. Todo espectacular. Pronto estaré de regreso.
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