La comida es excelente, no faltó nada en los platos; pedimos espaguetis alfredo con pollo, cremoso y muy balanceado el sabor, de los que se pueden repetir; espaguetis a la boloñesa y la salsa se siente suave y con el espesor genial; los raviolis San Danielle son de lo mejor, una auténtica maravilla: súper buena; la pizza Emilia fue otro campeón de la mesa. Atención amable, la presentación de los platos de calidad. Volvemos sin chistar.