Fui a desayunar a Amara porque me lo habían recomendado mucho. El sitio es súper acogedor, ambiente relajante con aroma a café y rodeado de plantas y flores, eso me encantó. Sumándole el aroma a café recién molido no dan ganas de irse. La atención excelente por parte de las propias dueñas. La comida deliciosa y hasta pedí más. Definitivamente mi nuevo lugar favorito para comer algo sencillo pero delicioso en un sitio agradable.