Fuimos con mi esposo para una cena sin un motivo especial. No teníamos contexto de lo que íbamos a encontrar. Nos sorprendió el ambiente, la casa de 200 años de antigüedad, la colección de autos clásicos, el buen servicio y un ambiente agradable para compartir en pareja o con amigos. La comida estuvo bien, pero lo mejor fue el ambiente y el excelente servicio.