El restaurante tiene dos áreas, una cerrada con aire acondicionado y una terraza techada bonita tiene como anfitrión un gato que te recibe en una de sus sillas y mesas. A un costado de la terraza hay una máquina que hace un ruido muy fuerte y hay un olor como de aguas servidas o estancadas lo que resulta incómodo para comer. Probamos "La Ragú" del pizza week. El borde es muy ancho y la masa un poco chiclosa y simple. El sabor de la combinación de los ingredientes está bueno pero más se siente más el cerdo que las demás proteínas. La salsa de la carne que colocan como dip estaba fría así que no se disfrutó mucho. La atención del personal fue buena.

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