La primera vez que fui, pedí la pizza tomate queso feta y miel ya que si no me equivoco, es la más pedida. Realmente no quedé encantada con la pizza, pero creo que es cuestión de gustos. Me pareció muy empalagosa. Otro día pedí la pizza champiñones al ajillo y me encantó. Estaba caliente, tostadita y los champiñones muy bien sazonados. La atención muy buena las dos veces que fui. El ambiente es divino, tienen una terraza llena de plantas en donde te sientes relajado y en casa. De noche la terraza tiene una vibra romántica y encantadora.