Es un lugar fantástico para pasar un rato entretenido con familia o amigos. La comida excelente, las bruschettas mixtas y los ravioli de queso con salsa carbonara estaban buenísimos. La atención también excelente y el ambiente es la mejor parte, tuvimos el placer de escuchar al maestro Mario Olivotto y pasamos una noche espectacular con su música y su carisma. Al final nos invitaron un licor de Mirto como digestivo que fue perfecto para terminar la noche.
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