Fuimos a desayunar un sábado en familia y tuvimos una buena experiencia. Lo mejor: atención esmerada, especialmente en lo que a los niños se refiere. Lo malo: la mesa se sentía como muy pequeño para que comiéramos los 4 y el ambiente se sentía ajetreado. La comida en general estuvo buena, solo no me gustaron los pancakes porque estaban muy gruesos y algo secos.