Buen brunch dominical. Lástima el enredo que forman por el tema de los acrílicos por pandemia. No encuentro sentido a tener que pasar mi plato a otras manos para que otros me sirvan en cada una de las bandejas y andan tocando infinidad de platos en vez de sostenerlo yo misma que pienso reduciría el contacto por contaminación cruzada. Lo otro es el dj que tienen con la música que es buena pero está muy alta e impide la conversación en las mesas. La comida es buena, variada y el lugar es bonito y atractivo con unos ventanales que permiten una vista del centro bancario.