El lugar tiene unos diseños chéveres en las paredes. La comida excelente, pedimos de entrada unas arañitas, muy originales, venían con un chimichurri y queso encima, nos encantó!! también unas empanadas de ropa vieja, buenísimas. De plato fuerte pedimos la hamburguesa Quimera, estaba buena jejeje pero me pareció pequeña. Y un chicharrón, estaba suavecito y cronchi 😋. El postre de guayaba estaba de muerte lenta. La atención, la verdad buenísima, nos atendió un chico muy gentil, y nos orientó en todo, ya que era la primera vez que visitabamos el lugar.
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