Para mí, siguen teniendo el mejor pollo frito y los mejores tenders entre las franquicias de comida rápida de la ciudad. Aumentaron los precios; mas no así la calidad ni mucho menos la cantidad en las porciones que sirven. La atención se ha vuelto sumamente lenta y hay que esperar hasta 20 minutos para un pedido de un solo combo. Tienen solo 5 mesas y pocas sillas en el salón principal y si no están ocupadas, están sucias. Inaceptable! Peor aún que tenga uno que pedir que limpien las mesas y que lo hagan de mala gana después de hacerte esperar con la bandeja en la mano. La gente va por el sabor incomparable; pero tarde o temprano se cansan de la poca atención al cliente.