Para ir a desayunar lo máximo, ya que ofrece una gran porción, pedimos waffles con huevo y bacon, que a su vez traían una buena cantidad de papas y un pan tostado como acompañamiento adicional. El café incluye refill, lo cuál es excelente y el batido de bacon sorprendentemente bueno como siempre. El ambiente y servicio también destacan, ya que es como entrar a una máquina del tiempo al pasado de las cafeterías estadounidenses de los 60's, por tener toda la parafernalia de la época, aunque cuando está lleno si demora un poco más en llegar la comida.