Praia ofrece un ambiente playero único cerca de la ciudad. Es por ello un lugar ideal para desconectar rápidamente de la cotidianidad. La atención es esmerada, aunque a veces se hace un poco lenta en función al volumen de comensales. Los mojitos son estupendos y la comida lo que uno espera. Patacones inmejorables, buen ceviche, buen pulpo y un pecado frito fresco y crujiente.