Buena comida, presentación sencilla, porciones modestas. El lugar es amplio así que hay bastante ruido debido al gran número de comensales. Teníamos años de no ir a este restaurante (Obarrio) y lo peor de nuestra experiencia fue que no nos permitieron entrar al restaurante hasta que nuestro grupo familiar de 8 "estuviera completo" (veníamos en 2 carros por separado). Es una medida necia ya que nos quedamos paradas afuera en la lluvia, en tacones y sin poder beber ni un sorbo de agua (una de nosotras necesitaba tomarse un medicamento). La comida no estuvo mala, pero el servicio pésimo por esta medida torpe que no he encontrado en ningún otro lugar, por lo que es la última vez que venimos a comer aquí.