llegamos justo al atardecer y nos ubicamos en una de las mesas junto a la playa y fue lo mejor. mesas con su abanico por si llegan chitras o mosquitos y hasta nos trajeron off. Pedimos pescado frito con patacones y yuca , muy buena sazón solo que considero que el precio no iba acorde con el tamaño de la corvina, muy pequeña. Al final pedimos unas almejas en salsa blanca y estaban brutales. Tienen parking propio y había ronda policial también.
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