Desde el momento que entras, se percibe un ambiente muy cuidado y agradable, con gran atención a los detalles. Pero lo más destacable del lugar es su propuesta gastronómica. De los 4 entrantes pedidos en la mesa, 3 de ellos resaltan: Salmon Taco, interesante por su intenso sabor a trufa y el toque picante del jalapeño, RockShrimps Buns y su versión de Huevos Estrellados. Pero sin duda el mejor plato de la noche, que seguro repetiría, fueron sus Baby Back Ribs, unas costillas con mucha carne perfectamente cocinadas al punto que se desprendía del hueso prácticamente solas, bañadas en una salsa BBQ muy densa de textura e intensa de sabor. Un plato 100% recomendado que podría pedirse incluso para compartir. Para cerrar, 2 postres muy recomendables: un helado de Oreo y Nutella cubierto con pop corn, y otro de manzana en varias texturas con helado de vainilla. Como nota negativa, debo mencionar que los tiempos de espera hasta recibir la comida fueron excesivamente largos, algo en lo que deberían trabajar para mejorar la experiencia de sus clientes. A pesar de esto, la atención recibida fue realmente servicial y muy profesional.

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