Me encanta la cadena Paul pero particularmente este local, a pesar de que interiormente es el más bonito, tanto la atención como la variedad de productos es deficiente. Llegamos un domingo en la tarde y prácticamente no les quedaban dulces, terminamos pidiendo croissant con almendras, que estaba bien pero no era a lo que habíamos ido. Nos sentamos en la terraza, nos trajeron el pedido y más nunca volvimos a ver al salonero, de hecho para pagar nos tuvimos que parar y en la caja no tenían ni idea de lo que habíamos pedido aún cuando indicamos en que mesa estábamos sentadas, cualquier persona se para y se va y nadie se entera. Definitivamente me quedó con el de Multiplaza.