Tenía rato queriendo visitar este restaurante y al tercer intento lo logré pues siempre estaba lleno, así que tocó hacer reserva con tiempo en su web. El ambiente y la decoración del lugar es genial, la atención súper amable y la comida deliciosa pero las porciones son pequeñas. Pedimos unas albóndigas en salsa de tomate, muy sabrosas pero algo secas, el dip de queso feta delicioso pero toca pedir pita extra, y las berenjenas y zunchini fritos muy crujientes, los sublakis ricos pero con muy poca proteina.