el lugar es divino y la comida rica, lástima porque el servicio deja mucho que desear. Por un lado, tardaron 50 minutos en traerme mi desayuno (solo éramos 3 mesas); por otro lado, las meseras no fueron amables. Es una pena porque aunque el lugar es hermoso y la comida es de muy buena calidad, no regresaría pues el buen trato y la actitud son igual de importantes que lo anterior mencionado.