El ambiente es un espectáculo, tienen una exhibición de autos antiguos. Solo tienen unos 8-10 platos en el menú. Pedimos el rissoto que estaba muy bueno pero la hamburguesa y el cubanito no tanto. Aparte, el servicio deja mucho que desear. Pedí una sangría y era blanca, pero el menú no especificaba esto. Estaba extremadamente dulce.