Muy buen restaurante para pasarla con amigos, familia o en pareja. Comida estuvo tan buena que no tuve chance de tomarle fotos. Pedimos de entrada un Tartare Davide con focaccia acompañado de un Negroni espectacular. De plato fuerte pedimos los Raviolini Delle Langhe y el Rissotti Piemontese acompañado de un vino tinto. Ambiente muy acogedor y servicio excelente. Full recomendado!