Debo decir que por la fachada del restaurante, no parece nada interesante, siquiera piensas que es un restaurante coreano. Pero una vez entras y pasas a la mesa, entras en un ambiente autóctono de Corea 🇰🇷, las mesas están en cabinas privadas que en estos tiempos de pandemia son apropiadas para el tema de la bioseguridad. Desde el té que brindan, hasta los acompañantes son deliciosos y con una mezcla de sabores muy original, te dan la sensación de estar comiendo comida local coreana. La comida no tardó mucho en llegar y no decepcionó en nada. Puede resultar un poco costoso ciertos platos que son para compartir pero se justicia porque éste es un restaurante donde se sirve bastante.
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