Como a muchos, cada cierto tiempo se me antoja comer alitas. Es un fuerte antojo que no desaparece hasta darme el gusto y qué gustazo ha sido descubrir este restaurante. Ofrecen un menú del día muy bueno, el cual me parece que ligera y favorablemente para el cliente, rebasa la calidad por el precio. Regalan una agua embotellada con el pedido, lo cual es algo para imitar. Un lindo detalle de algo que tan solo cuesta aproximadamente $0.30 por unidad. Viene también con una porción pequeña de ensalda acompañada de tremenda vinagreta. Recomiendo las alitas bañadas en salsa thai o las tradicionales buffalo wings. Ofrecen varios acompañamientos, siempre frescos y recién hechos al momento de recoger el pedido. Sobresale la esmerada y cariñosa atención en cada una de las visitas, aun cuando sea apenas ir a recoger un pedido. No miento ni exagero al decirles que desde que descubrí este lugar, no he vuelto a visitar ninguno otro conocido por sus alitas.