Fui el Martes de carnaval que en teoría estaba vacío pero a pesar de eso, el servicio no fue muy bueno. Tenían 2 chicas atendiendo y me tuve que levantar en dos ocaciones para que me tomaran la orden y luego para pedir un postre porque demoraban en acercarse a la mesa. La chica amablemente me explicó que sus compañeros no habían entrado o llegado y me dió pena por ella. Al parecer había una manager que al verme levantar dos veces ella misma nos llevó los desayunos y luego pasó otro chico a asegurarse que todo estuviera bien pero la mala experiencia sucedió. La comida dió la cara por ellos full ya que el café estaba exquisito, mis huevos pochados con salmón y el croissant fueron maravillosos. No tardaron fue en llevar la cuenta.