Si este lugar estuviera más céntrico, seguramente estaría abarrotado todas las tardes. Normalmente, los lugares que producen cerveza artesanal tienen poca oferta gastronómica, pero en La Fábrica, el menú es amplio y las porciones son abundantes. Pedimos un combo y una hamburguesa, y no pudimos terminar con todo. Las chicas del staff son muy amables, el lugar no tiene aire acondicionado pero no es necesario, ya que está en un amplio y abierto jardín. Un punto súper importante para nosotros es que la música fue buenísima, finalmente encontramos un lugar sin reggaetón.
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