Simplemente espectacular. Buen ambiente y la atención de primera. Probamos varias entradas (hummus, croquetas de ropa vieja, flautas de pollo, arañitas y buns de langosta) todas muy ricas. En platos fuertes probamos el cochinillo (de muerte lenta), la hamburguesa (exquisita), la pesca del día (deliciosa), el chicharrón (cocinado por 36 horas) y el pollo (delicado y jugoso). El volcán de guayaba de postre cerró la tarde (muy bien ejecutado y balanceado). Definitivamente volveré!!!