Nos recibieron con un Prosecco (cortesía de la casa). Luego pedimos unos dátiles envueltos en pancetta que estaban increíbles. Las pastas son realmente buenas; los pappardelle a la boscaiola son riquísimos y los buccatini a’lla matricciana también. Por último el tiramisú es, sin duda, el mejor que me he comido en Panamá. El aperol spritz estuvo preparado a la perfección.
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