La presentación, decoración y temática del lugar y sus platos, es exquisita visualmente y al paladar. Vistoso, colorido, natural, aromas frescos y terrosos. Atención muy amable y paciente. Tuvieron que calentar mi lasagna dos veces ya que no lograba llegar al lugar y una amiga esperaba por mi y aún cuando llegue tarde tuvieron que empacarla para llevar y lo hicieron sin mal gesto. Ambiente con detalle y sin falta de naturaleza. Es sencillamente una jungla con aire acondicionado, lo cuál resulta cómodo y perfecto. Según mi amiga, la comida la preparan y sirven rápidamente incluso con un ambiente lleno. Tienen una variada venta de flores, ramos, terrarios, suculentas entre otras variadas especies de plantas en la terraza. No lleva el nombre “Botánica” por nada.

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