Quedé agradablemente sorprendida con éste restaurante. Ambiente super relax, perfecto para echar cuentos sin interrupciones, atención muy esmerada, servicio rápido, buenas porciones y sobretodo, muy buena comida. Pulpo al olivo de entrada, picada mixta de mariscos, yuquitas, anticucho (espectacular), pisco sour y el suspiro limeño... Todo estaba delicioso. Es de esos sitios a los que vale la pena regresar!