El lugar está bien ubicado, cuenta con buena cantidad de estacionamientos y tiene varios ambientes agradables. En particular me gusta sentarme cerca a los ventanales que dan al parque. La comida es exquisita y las porciones razonables. Me gusta probar diferentes platos pero siempre repito el tartar de atún y aguacate, el pulpo al carbón con unas copas de sangría. Seguro un lugar para regresar