Me habían hablado mucho sobre este restaurante y finalmente esta semana lo pude visitar. Muy ricos los platos que elegimos, las albóndigas muy deliciosas, la ensalada de pulpo con papa diferente y especial, no había la pizza que escogimos inicialmente porque no había rugula, pero pedimos una que nos recomendaron roja con hongos y nos encanto, estaba perfecta , con la masa delgada como nos gusta. Mi único comentario seria que incluyan en el menu opciones para personas que están comiendo bajo en carbohidratos. La decoración muy bonita, con elementos de calicanto y toques italianos. El servicio de primera.
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