El restaurante es bastante pequeño y ruidoso, musica alta y utilizan la licuadora afuera y todo se escucha, tardaron un siglo en traerme la comida ( se les habia olvidado) solo habian dos mesas por lo que no entendia la demora , al final opte por cancelar el pedido y comer del de mi acompañante! Habia pedido unas alitas y una soda y nunca llegaron, nisiquiera la soda. Por suerte la porción es media grade y se podia compartir
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